lunes, 25 de noviembre de 2013

Narración de un hecho cotidiano…

Una noche, él le alzó la voz porque la cena no estuvo a tiempo. Ella hizo silencio. Al día siguiente, ella se vistió con una blusa que antes a él le encantaba; sorpresivamente ese día a él ya no le gustaba, y en lugar de elogiar la linda imagen de su pareja, le reclamó, la insultó y le prohibió volver a vestirse de esa manera. Ella, en silencio, accedió ante los absurdos deseos de su verdugo. Una semana más tarde, ella conversó unos minutos más con sus vecinas, y al entrar a casa, una cachetada le encendió el rostro. Nuevamente hizo silencio…

Con el pasar de los días, la cachetada se convirtió en un puño; el puño en patadas y, tras varios años de maltratos (de hijos observando cómo papá golpeaba y humillaba a mamá), un día el llanto de ella no se escuchó más.

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