lunes, 6 de enero de 2014

Una gran lección


Una gran lección

Un día un niño con una gran sonrisa le dijo a un señor:


- Señor, quiero comprarle uno de sus cachorritos.
El granjero le respondió:

- Estos cachorritos son de raza, y cuestan mucho dinero- le dijo el granjero.

- He conseguido treinta y nueve centavos, ¿es esto suficiente?, 
le dijo el niño preocupado de que el dinero no le alcanzara para comprar su perrito.

- Seguro, le dijo el granjero, comenzando a silbar y a gritar:

-"Dolly, ven aquí".

Dolly salió corriendo de su casita y bajó la rampa seguida de cuatro pequeñas bolas de piel.

Los ojos del niño danzaban de alegría. 
Entonces de la casita salió, a hurtadillas, otra pequeña bola, ésta era notablemente más pequeña. 
Se deslizó por la rampa y comenzó a renguear en un infructuoso intento por alcanzar al resto. 
El niño apretó su carita contra la cerca y gritó con fuerzas:

- ¡Yo quiero a ése!, señalando al más pequeño. Pero el granjero le dijo:

- Hijo, tú no quieres a este cachorrito. Él nunca podrá correr y jugar contigo de la forma en que tú quisieras.

Al oír eso, el niño bajó la mano y lentamente se subió el pantalón en una de sus piernas, 
le mostró una prótesis de doble abrazadero de acero a ambos lados de su pierna, 
que iba hasta un zapato especial. Mirando al granjero, le dijo:

- Como usted verá, señor, yo tampoco corro tan bien que digamos, 
y él necesitará a alguien que lo comprenda.!!!

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