La vida de las personas está a menudo llena de desafíos y cambios que pueden provocar sentimientos de tristeza. A veces hay situaciones muy específicas que pueden ponernos tristes.
La tristeza es una reacción psicológica y biológica natural. Cuando percibimos una serie de eventos como negativos, nuestro cerebro reacciona ante ello, cambiando los niveles de ciertos compuestos químicos que provocan la experiencia emocional que llamamos tristeza. Después de hacer frente a estos hechos negativos, los elementos químicos regresan a sus niveles naturales, haciendo desaparecer el sentimiento de tristeza.
A veces, los sentimientos de tristeza surgen de la nada, sin ninguna explicación real, o acontecimiento negativo que le preceda. Estos sentimientos pueden desaparecer después de un par de días, pero a veces pueden permanecer por un tiempo muy largo. En estos casos, puede suceder que un triste recuerdo "despierte" y no nos demos cuenta de ello, pero nuestro cerebro cambie automáticamente el nivel de sustancias químicas responsables de la regulación de las emociones, dando lugar a la aparición de sentimientos de tristeza.
La tristeza afecta directamente a nuestro estado de ánimo, por lo que puede provocarnos:
• Llanto, mal humor, o irritabilidad,
• Aburrimiento, cansancio y falta de energía,
• Sensación de no estar haciendo nada bien,
• Falta de motivación para realizar actividades con las que normalmente disfrutabas,
• Deseo de faltar a la escuela o al trabajo y evitar contacto con amigos o familiares,
• Querer hacerse daño, (por ejemplo, beber demasiado, consumiendo drogas, realizando conductas de riesgo),
• Sentimiento de despesperanza. Pensar que la vida no vale la pena.
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